"Cuando usted esté leyendo estas líneas, las cosas de la economía - es decir, todas las cosas- estarán bastante peor de lo que estaban cuando yo acabé de escribirlas.
En este momento tal vez piense que a su ciudad, a su país, o al planeta ya ha llegado la crisis; pero no, nada más lejos de la realidad: lo peor, verdaderamente, todavía esta por llegar.
Si mira a su alrededor, observará que gran número de fábricas continúan en funcionamiento, que caminoes, trenes y autobuses siguen transportando mercancías y personas, que la mayor parte de los suministros llegan a las tiendas y a los supermercados, y que todo ello sucede con suficiente regularidad, señal de que su ciudad, su país, aún no se hallan en la crisis.
La crisis, la verdadera crisis, cuando estalle, a mediados del 2010, será tremenda, paralizante, una auténtica caida a plomo; será deflación, depresión nada comparable a pasadas recesiones que usted haya vivido. será algo semejante al sentimiento que se refleja en los rostros de las gentes que se muestran las imágenes tomadas durante la Gran Depresión; unos rostros que, si nos hablasen, aunque lo hiciesen con las palabras de los años treinta, en realidad estarían hablándonos con las de mañana. Los de esas gentes son los rostros de una crisi profunda, sistémica, como la que en estos momentos ya están llamando a nuestras puertas.
Una situación a la que los futuros libros de historia se referirán con un solo apelativo: el crash del 2010.
Vilassar de Mar, 22 de febrero de 2009"
EL CRASH DEL 2010. SANTIAGO NIÑO BECERRA
En este momento tal vez piense que a su ciudad, a su país, o al planeta ya ha llegado la crisis; pero no, nada más lejos de la realidad: lo peor, verdaderamente, todavía esta por llegar.
Si mira a su alrededor, observará que gran número de fábricas continúan en funcionamiento, que caminoes, trenes y autobuses siguen transportando mercancías y personas, que la mayor parte de los suministros llegan a las tiendas y a los supermercados, y que todo ello sucede con suficiente regularidad, señal de que su ciudad, su país, aún no se hallan en la crisis.
La crisis, la verdadera crisis, cuando estalle, a mediados del 2010, será tremenda, paralizante, una auténtica caida a plomo; será deflación, depresión nada comparable a pasadas recesiones que usted haya vivido. será algo semejante al sentimiento que se refleja en los rostros de las gentes que se muestran las imágenes tomadas durante la Gran Depresión; unos rostros que, si nos hablasen, aunque lo hiciesen con las palabras de los años treinta, en realidad estarían hablándonos con las de mañana. Los de esas gentes son los rostros de una crisi profunda, sistémica, como la que en estos momentos ya están llamando a nuestras puertas.
Una situación a la que los futuros libros de historia se referirán con un solo apelativo: el crash del 2010.
Vilassar de Mar, 22 de febrero de 2009"
EL CRASH DEL 2010. SANTIAGO NIÑO BECERRA